Botox es una toxina botulínica que se utiliza para relajar temporalmente los músculos que causan arrugas faciales. Al bloquear las señales nerviosas a estos músculos, se reduce la contracción muscular y, como resultado, las arrugas de expresión se suavizan.
Los efectos del Botox duran entre 4 y 6 meses, dependiendo de cada paciente y la zona tratada. A medida que los músculos recuperan su actividad, las arrugas pueden reaparecer, pero pueden ser menos pronunciadas con tratamientos continuos.
El Botox ha sido aprobado por la FDA y es seguro cuando lo aplican profesionales capacitados. Como cualquier procedimiento, puede tener efectos secundarios como enrojecimiento o hinchazón temporal, pero estos suelen desaparecer rápidamente.
Los resultados empiezan a ser visibles entre 3 y 7 días después del tratamiento, con mejoras completas en aproximadamente dos semanas.
Especialmente Dysport y Botox.